Resiliencia

Créditos: Unsplash

Formación a discreción 

6/28/2022

Francisco Martinez | CEO & Co-Founder de emotionhack_

La pandemia ha cambiado para siempre nuestra forma de trabajar. Sin embargo, parece que lo que no ha cambiado es la forma en la que algunas empresas seleccionan y contratan la formación para sus empleados. 

Después de un año profundizando en el mundo de la formación corporativa e intentando venderla, me gustaría compartir algunas lecciones que he aprendido. Antes de hacerlo, para aquellos que llegan al blog por primera vez, en emotionhack_ solo ofrecemos un tipo de formación, aquella relacionada con la adquisición y el desarrollo de las soft-skills, algo considerado por muchos un hard sell y doy fe de que lo es. Pero ¿quién dijo miedo?

Continúo con las lecciones. Permíteme que te diga que, ante todo, son subjetivas y no digo que reflejen la realidad de todas las empresas, pero están en la línea de un artículo que publicaba el Financial Times este fin de semana bajo el título “Mejor management y no formación infinita, es la solución a nuestro problemas corporativos” con un subtítulo demoledor: “En lugar de dejar de lado nuestras torpes formas de trabajo es más sencillo programar otra formación”. Ahora sí, ahí van mis lecciones:

En emotionhack_ somos conscientes de que nuestra oferta necesita pulirse y rodarse. Somos una empresa joven que compite con grandes empresas que llevan varias décadas en el mercado, algo que en condiciones normales sería una ventaja.  Pero estamos viviendo unas condiciones donde la formación debe dejar de impartirse de la forma tradicional y explorar formatos más innovadores. 

La formación debe comenzar a integrarse en algo más amplio, en la experiencia del empleado. No importa cuán bueno sea el formador, cuántos cursos se pongan a disposición de los empleados, ni las estrellas que tengan según gente que probablemente lo haya completado mientras hacía otra cosa. Si la experiencia del empleado no está bien diseñada para que la formación sea un touchpoint clave en la misma, casi con total probabilidad será un rotundo fracaso que quedará en un segundo plano. La formación corporativa debe comenzar a contemplarse de forma holística que vaya más allá de gastar algo del presupuesto y conseguir créditos de Fundae.

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